Les presento a mi querida abuela Agustina, quien me transmitió su inagotable espíritu emprendedor. Uno de mis paseos favoritos de la infancia era acompañarla a comprar al por mayor, perdiéndome entre los sacos de harina y arroz mientras la escuchaba negociar con maestría. Disfrutaba ayudándola a atender a sus clientes y esos momentos se convirtieron en sagradas memorias que atesoro profundamente. Gracias, abuela, te amo. Sé que sigues guiándome y amándome desde el cielo, siempre. ¡Mi abuela materna, mi inspiración eterna! Me gustaria saber de tus recuerdos de la tuya abrazoss



