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Emociones

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La ciencia de la conciencia
por Brad Hunter






Las emociones generan fuerzas creativas de energía que afectan la realidad que nos rodea. De esta manera, cuanto más puros y bellos sean nuestros pensamientos, más modificaremos positivamente las condiciones en las que vivimos.
Actualmente en la Universidad de Princeton, Roger Penrose, matemático que basa sus investigaciones en las corrientes de la Física Cuántica, busca enlazar las teorías de cómo funciona la conciencia humana y su influencia en las estructuras del Universo.

Tanto en Princeton como en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (M.I.T.) -basados en estudios de Penrose y del japonés Masaru Emoto, que estableció fotográficamente la forma en que las emociones humanas afectan positiva y negativamente a las moléculas del agua-, realizaron pruebas con un moderno software de computadora creado especialmente para este fin. El objetivo era convertir las frecuencias que generan las emociones dentro del cerebro humano en figuras tridimensionales concretas en un espacio virtual. Para ello se colocaron electrodos en el cerebro de un astrónomo a la hora de escudriñar el espacio, en una mujer embarazada mientras se le realizaba una ecografía del bebé, en una madre amamantando a su hijo y a un físico cuántico mientras hacía su trabajo de investigación.

Los resultados de las lecturas de la actividad cerebral captada por losdispositivos, es decir la escala de valores de impulsos emitidos por los cerebros de los sujetos que fueron estudiados, fue procesada por el programa de la computadora que convirtió los datos en gráficos, y el resultado fue maravilloso. Los estados emocionales de los pacientes se convirtieron en complejas y fantásticas figuras geométricas y fractales con un movimiento vivo y continuo de expansión. Esto demuestra que las emociones generan fuerzas creativas de energía que estarían afectando a la realidad que nos rodea, es decir, a la creación misma. Cuanto más puros y bellos sean estos pensamientos, las energías liberadas estarán generando energías poderosas para modificar positivamente la realidad. A la hora de catalogar los resultados, los científicos concluyeron que estas formas de energía no podían ser descriptas científicamente. Ellos determinaron que la mejor manera de entender los resultados de los experimentos era mediante los sentimientos, ya que los mismos disparaban en el observador emociones profundas, más que razonamientos científicos.
Un nuevo panorama de la realidad nos pone a nosotros, los seres humanos, como artífices principales de la construcción de nuestros propios escenarios. La grandeza de la creación no se hizo para ser descifrada como un reto intelectual y tecnológico. La ciencia debe comprender que la única guía que llevará al hombre a entender la fuerza que hay detrás de todas las cosas se basa en la emoción, el sentimiento y el amor. El mundo físico a nuestro alrededor refleja lo que nosotros le expresamos a través del sentimiento, la emoción y el pensamiento, que es la fuerza que guía y transmite. Para cada expresión realizada a través de la emoción, sentimiento y pensamiento, habrá una reacción en el mundo físico. Cuanto más amor se aplique a esta ecuación, mayor cambio positivo veremos manifestarse en la realidad.

La física cuántica establece que existe un flujo de retroalimentación continuo entre lo que conocemos como realidad física y los organismos vivos que se manifiestan en ella. Los científicos cuánticos han encontrado repetidas veces que ciertas clases de sentimientos afectan a sus propios experimentos. Esta ley básica de la mecánica cuántica establece que el observador afecta a lo observado.

SOMOS LOS ARQUITECTOS DE NUESTRA PROPIA VIDA

Podemos alterar nuestro destino cambiando los sentimientos, las emociones y los pensamientos. Aceptando esta premisa, lograremos ser arquitectos de nuestro futuro. No culpemos a nada ni a nadie por lo que nos pasa, porque somos nosotros los que generamos la realidad que nos toca vivir. William James, uno de los precursores de la nueva psicología en Estados Unidos, dijo una vez que solo los seres humanos, cambiando las actitudes interiores de sus mentes, pueden cambiar los aspectos exteriores de sus vidas. Las investigaciones de la ciencia rusa en el campo de la biología cuántica establecieron, en base a sus estudios en el campo de la psiconeuroinmunología, que los pensamientos y los patrones emocionales tienen un profundo impacto en la salud física. Pero cuando hablamos del poder de la intención, motivada por la trilogía unificada de la emoción, el sentimiento y el pensamiento, no estamos hablando de modificar la realidad física a través de la acción, se trata de influir sobre el mundo físico en forma directa, sin actuar sobre él.

El verdadero misterio es cómo la mente humana puede influir sobre el mundo físico con un acto de intención directa, sin contacto físico de ninguna clase. Hasta ahora nuestro sistema de creencias ha sostenido la idea de que no podemos modificar la realidad, de que las cosas que nos suceden están predeterminadas por fuerzas misteriosas ajenas a nosotros mismos. Ahora sabemos -basados en la realidad cuántica- que el observador es el que modifica la realidad a partir de la conciencia, que existe un vasto campo de probabilidades y que es el observador el que decide dónde poner su atención e intención. Podríamos decir entonces que es una ley del Universo, por la cual atraemos aquello en lo que nos enfocamos. Si te enfocás en temer cualquier cosa -sea lo que sea- estás enviando un fuerte mensaje al Universo para que te envíe aquello a lo que le temes. En cambio, si uno puede mantener los sentimientos de alegría, amor, aprecio o gratitud y enfocarse en traer más de eso a su vida, automáticamente estaremos evadiendo lo que no deseamos. Así es como creamos nuestra realidad, al escogerla con nuestros sentimientos. Nuestros sentimientos están activando la realidad equivalente a esos sentimientos por medio de una red de creación que conecta la energía y la materia del universo materializando la realidad. Si nos manejamos con el sentimiento, la emoción y el pensamiento como guías en esta autopista de energía y materia, las cosas se interconectan de una manera peculiar e impredecible a nuestro favor, y a esto se le llama sincronicidad.

CONSTRUYENDO JUNTOS UN FUTURO MEJOR

En 1972 la Sociedad para la Meditación Trascendental (MT) dirigió demostraciones en 24 ciudades de los EE.UU. sobre los efectos de la intención unificada de un grupo de personas con resultados comprobables. Fue conocido como el “Efecto Maharishi” y se encuentra bien documentado en la literatura psicológica y de investigación cuántica. Estos estudios han influido de modo importante en demostrarnos que, cuando los participantes de la meditación se reúnen, el enfoque de sus peticiones e intenciones es transmitido a través de la “sopa cuántica” de la conciencia, afectando a eventos que se encuentran a considerable distancia.

Como ya se explicó en anteriores ediciones, la raíz cuadrada del porcentaje total de una población es todo lo que se necesita para superar el umbral crítico y para que una determinada elección se manifieste. Es decir, en una ciudad de 1 millón de habitantes, por ejemplo, 100 personas entrenadas en la “inteligencia emocional”, a través de la “Oración Quántica”, podrían afectar en todos los niveles a la comunidad y al gobierno local. En un mundo de 6 billones de habitantes se necesitarían solo 8.000 personas unificadas y conectadas para producir un cambio de conciencia.

La falta de creencia es el principio del fin. Tan pronto como perdemos la fe, perdemos la posibilidad de cambiar la realidad. Lo que creemos que es nuestra realidad. La parte del mundo en la cual no se cree, simplemente, para uno, no existe. Nos creemos restringidos, limitados por nuestra “realidad física”, como si nos encontrásemos viviendo en la prisión de lo que es y no es “posible”. Pero esta prisión está solo en nuestras mentes. Cuando expandimos nuestras creencias nos hacemos libres. Porque en verdad, nosotros somos los soñadores de nuestro mundo, y si no permitimos la posibilidad de que nuestros sueños puedan hacerse realidad a nuestro alrededor, estos no lo harán. Nosotros los bloquearemos. Pero si permitimos esta posibilidad, entonces los milagros podrán sucedernos y lo harán. Su manifestación será solo cuestión de tiempo.
Brad Hunter

“Nota Publicada en la Revista El Planeta Urbano Sección Planeta-X”

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